El próximo fin de semana tendría que comenzar el fútbol en nuestro país pero, lejos de eso, la incertidumbre se apoderó de la escena y la puja por el poder, la AFA y la televisación de los partidos se adueñó del protagonismo. En el medio, como sumisos rehenes, la gente, el hincha y los Clubes.
Son pocas las instituciones que tienen espalda para continuar soportando la asfixiante situación. Está claro que aquellos que pelean por quedarse con el negocio no están preocupados por el día a día de cada uno de los equipos más modestos de la Primera División y el ascenso. Lejos de eso, pareciera que la insistencia por no arrancar o por “embarrar la cancha” obedece a la necesidad de llevar a una situación de asfixia a los Clubes que hacen lo que pueden para sostenerse.
En los últimos días salieron a la luz pedidos desesperados de jugadores de distintas categorías para que se resuelva el conflicto en la AFA y así poder darles de comer a sus familias. Audios escandalosos que comprometen a un presidente y un funcionario de AFA y FIFA y cómo si esto fuera poco, la Selección Argentina en zona de repechaje (si, con Messi) y el Sub 20 haciendo un pobre papel en un Torneo Sudamericano ¿Casualidad? No, una simple consecuencia de la desidia con la que los dirigentes de nuestro fútbol se manejan. Y pensar que algunos decían que tras la muerte de Julio Grondona todo iba a mejorar. Contrariamente a lo que se decía, hoy estamos peor. Los clubes más ricos siguen sometiendo al resto. Unos pocos quieren que la mayoría se adapte, o mejor dicho se acostumbre, a convivir bajo su mandato.
El fútbol es un paciente en coma, que entró a la sala de cirugía totalmente descompensado y lucha por salir adelante. Desde aquel mamarracho de armar un Torneo de 30 equipos, partidos por un torneo con público y otros no, hasta el 38 iguales de la votación entre Tinelli y Segura pasando por la intervención de la casa madre del fútbol argentino y la absurda idea de Angelici de parar hasta junio. Así está hoy el fútbol, con pronóstico reservado y algo aun peor. El principal problema son quienes dicen poder salvarlo… Están matando al fútbol.
